Más allá de Naniano: positive thinking, premio y sofá nuevo:)

Rondando los veintitodos y con mis dos últimas inversiones confiadas a un radiador de bajo consumo y un sofá de microgamuza precioso. Ahora mismo devoro un paquete de galletas ultra sanas que saben a mantequilla de una manera insultante y calculo si mis cuentas me permiten ya replantearme la vuelta al gimnasio. Podría parecer el inicio de un post-protesta de algún pajarillo indignado que odia a Naniano, pero no.

Lejos de eso, éste es un post de aceptación y felicidad. Porque Dios (o quien quiera que sea ese que  controla los mandos  y que últimamente no anda de muy buen humor) aprieta pero no ahoga y el viernes pasado me abrió un ventanal en forma de mail gigante.

Los que me conocéis sabéis lo que me gusta escribir y por eso siempre que veo algún concurso literario interesante no dejo de participar. Hace unos meses el Hotel Mandarín Oriental lanzaba un concurso de microrrelatos sobre los patios de manzanas y no me lo pensé dos veces. Me encantan los microrrelatos y el tema me pareció de una cotidianeidad encantadora. La cosa es que originalmente había dos ganadores, pero están tan contentos con la participación que han ampliado a cinco con tres menciones especiales. Y una de esas menciones es para mi «Historia de una mancha». Así que que un jurado formado por periodistas, editores y escritores me haya escogido entre 467 relatos me da una alegría que no me cabe dentro. Quizá aún haya tiempo para la pequeña Brönte que vive en mí.

Además, sigo avanzando con en el proyecto de la colección infantil con Mónika, el dosel que sufrió un ataque de celos de Golem ya está reinstalado y pronto los Cuentos Macabros de Poe traducidos por Cortázar e ilustrados por Lacombe (¡qué alineación editorial tan impresionante!) ocuparán un sitio privilegiado en la estantería. Porque, al final, cada día tengo más claro que para sobrevivir hay que enfocarse en las cosas buenas que nos pasan:)

Y para ejemplos raritos de este «dale la vuelta a lo que parece inminente» del que os hablo, os dejo esta versión de la clásica escena de «chico seduce a chica» en la piscina, ahora con unos tintes Lovecraft mucho más interesantes. ¿A qué mola la reinterpretación del tema?

Eso sí, como sé que el alquiler de los monstruos piscineros anda  caro, si tenéis un mal día y ningún presupuesto para resolverlo…dadle al play del vídeo de este pequeño angelito y ¡a disfrutar!

No os resolverá el problema pero seguro que por lo menos os anima;) Porque como decía nuestra querida Mae West: «Cuando soy buena, soy muy buena, pero cuando soy mala, soy mucho mejor.»XD